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9/12/07
Els BIO-COMBUSTIBLES: algunes veritats no explicades
- Alcohols: bioetanol, s’obté amb plantes amb:
- midons(tots els cereals i les gramínies)
- sucres(canya o remolatxa)
- Olis: biodiesel, s’obté de plantes oleaginoses(que porten olis):colza, gira-sol, soja i especialment degut al seu elevat rendiment la palma .També una part petita: de l’oli cremat de les fregidores i del biogàs obtingut en algunes granges ramaderes.
2. La seva combustió emet quantitats semblants de CO2 a la gasolina i al diesel.
- baix estoc de recria.
- sequera en l’hemisferi Sud (Oceania produeix el 50% de tota la llet en pols mundial)
- un augment de consum a la Xina i a l’Índia.
- desaparició dels estocs de la CEE, per canvi en la PAC fa quatre anys.
- manca de llet en pols , que és la que fixa el preu de la líquida.
Els BIO-COMBUSTIBLES
AQUEST ARTICLE POT INTRODUÏR-NOS AL MÓN DE LA MACRO-ECONOMIA MUNDIAL I PODER ENTENDRE PER QUÉ PASEN ALGUNES COSES.
Està escrit per en: Javier Blanco González, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo.
Del cambio climático al precio de la barra de pan... la economía tiene a veces conexiones extrañas a simple vista. Corren tiempos revueltos en los mercados agrarios por unas subidas de precios desconocidas en los últimos años y en cuya explicación concurren: el calentamiento global (y las formas más eficientes de combatirlo), la dependencia energética, las políticas agrarias y comerciales internacionales, o los problemas del subdesarrollo. Es decir, algunos de los problemas más peliagudos de la economía mundial actual. No es este, por tanto, un tema fácil que pueda zanjarse en unas pocas líneas, pero sí pueden apuntarse algunas claves básicas que ayuden a seguir el debate.
La expansión de los biocombustibles responde, en buena medida, al apoyo de políticas públicas en forma de subvenciones y otras medidas legislativas de las principales potencias económicas, con Europa y EE UU a la cabeza. Las razones que se arguyen para apoyar los biocombustibles son de tres tipos:
- luchar contra el calentamiento global,
- aumentar la seguridad energética y
- mejorar las rentas del sector agrario.
Veamos cada una de ellas.
Comenzando por la última de estas razones, es obvio que el impacto sobre el sector agrario está estrechamente vinculado a los precios. Lo que está ocurriendo es que los precios de varios productos alimenticios básicos han aumentado considerablemente desde el comienzo de la década. Especialmente relevante por sus efectos es el aumento del precio internacional de los cereales, que supera el 25 por ciento desde el año 2000. En España, por ejemplo, el precio del trigo blando panificable ha pasado de los 150 euros por tonelada de 2005 al entorno de los 220 actuales. Naturalmente, esto tiene un efecto positivo sobre las rentas de los productores de cereales y otros productos básicos de todo el mundo. Sin embargo, también hay perjudicados. Dado que estos productos son materias primas para la alimentación animal (piensos), se elevan los costes de producción de los ganaderos, por lo que, si éstos no logran trasladar sus mayores costes a los precios finales, pueden ver disminuidas sus rentas. Por otro lado, si los mayores costes se trasladan a los precios, los perjudicados son el conjunto de los consumidores en forma de mayores precios en la cesta de la compra. Esto es especialmente perjudicial para los países más pobres importadores netos de alimentos, que ven así agravada su ya difícil situación.
En cualquier caso, ¿son los biocombustibles los responsables de estos aumentos de precios? Esta es la cuestión que ha generado más polémica, pero lo primero que debe señalarse es que no disponemos todavía de estudios rigurosos sobre el asunto. Con todo, hay dos hipótesis enfrentadas. Por un lado, hay quien arguye que el uso creciente de determinadas producciones agrarias (maíz, trigo, colza, caña de azúcar, oleaginosas, etcétera) para obtener biocombustibles (bioetanol y biodiésel, fundamentalmente) es una de las principales causas de las escaladas de precios, de forma que ya empieza a hablarse de «alimentos versus combustibles». Este es el punto de vista, con algunos matices, de organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Por otro lado, en contra de esta hipótesis han aparecido, sobre todo en el ámbito nacional o europeo, opiniones que niegan tal causalidad, argumentando que el porcentaje de la producción española o europea de cereales que se destina a biocombustibles es demasiado reducido como para provocar esos efectos sobre los precios. Este último planteamiento tiene, en mi opinión, un punto débil y otro mucho más sólido.
El punto débil radica en que, probablemente, parte de una visión demasiado local de los mercados; cuando, hoy en día, estas cuestiones se entienden solamente en clave de mercados mundiales. Es decir, si bien es cierto que el porcentaje de trigo destinado a la producción de combustibles en España es muy bajo, no lo es menos que los precios nacionales o europeos del trigo están relacionados con los precios mundiales del trigo y otros cereales (aun teniendo en cuenta la PAC). Por tanto, no debe despreciarse el efecto global del gran aumento del precio mundial del maíz (del 70 por ciento) motivado por un incremento no menos importante de la producción de bioetanol en EE UU, a cuyo fin destinará casi un 30 por ciento de su producción de maíz en el período de 2007-08. Tales aumentos de precios se trasladan a otras producciones agrarias, como la soja o el trigo, pues se trata de productos sustitutivos unos de otros.
El punto más sólido para matizar el efecto de los biocombustibles se encuentra en otras fuerzas de oferta y demanda, probablemente más relevantes, que han terminado por elevar los precios. Por el lado de la oferta, un cierto estancamiento de la producción mundial (sobre todo en términos per cápita). Por el lado de la demanda, un crecimiento sostenido. En ese crecimiento de la demanda juegan un papel fundamental los países emergentes, como China e India. Así, por ejemplo, las importaciones agrarias totales de China se han duplicado en tan sólo tres años (entre 2002 y 2004). Esto es, la incorporación al sistema productivo mundial, a través del comercio, de las dos quintas partes de la población del planeta que representan estos dos países tiene que ver con el asunto que nos ocupa. Esa enorme fuerza de trabajo permite a los países desarrollados acceder a manufacturas baratas, mitigando la inflación, pero también presiona sobre los precios de los productos básicos, cuya producción no es tan flexible como la de las manufacturas. De cualquier modo, lo difícil es pronosticar si estamos ante aumentos coyunturales o estructurales de los precios de los productos básicos, lo que dependerá, por un lado, de la capacidad de respuesta de la oferta a los aumentos de la demanda y, por otro, del comportamiento de la productividad.
La segunda de las razones apuntadas para el apoyo a los biocombustibles, la seguridad energética, es una de las claves de por qué este tema es una de las prioridades políticas del mundo desarrollado. Tanto en el caso de EE UU, cuyo Gobierno se ha planteado la producción de bioetanol como un objetivo estratégico, apoyándolo con fuertes subvenciones; como en el caso de la UE, que ha fijado el objetivo de que el 5,75 por ciento de su consumo energético proceda de biocombustibles en 2010. En definitiva, se trata en ambos casos de reducir la dependencia del petróleo. No obstante, debe tenerse en cuenta que los biocombustibles, en el estado actual de la tecnología, sólo pueden tener un carácter complementario, puesto que el objetivo europeo del 5,75 por ciento exigiría emplear el 15 por ciento de la superficie agraria de la UE. La esperanza en este ámbito estaría en los avances tecnológicos relacionados con los llamados biocombustibles de segunda generación, producidos a partir de biomasa lignocelulósica, como la paja o la leña, y que, por tanto, no entrarían en conflicto con la producción alimentaria. He aquí un posible impulso para la extensa superficie forestal asturiana.
La última de las razones, o la primera, según se mire, es luchar contra el cambio climático. Los biocombustibles, al proceder de materiales vegetales fijadoras de carbono, reducirían las emisiones netas de CO2. Sin embargo, no es ésta una cuestión exenta de polémica, pues hay expertos que señalan la poca o nula eficiencia de los biocombustibles para este fin, dada la energía fósil que se necesita para producirlos. Los avances tecnológicos serán cruciales. Por otro lado, incluso aunque los biocombustibles supusiesen un ahorro notable de emisiones, algunos economistas defienden que las políticas públicas de subvenciones no son las más adecuadas. Proponen, en cambio, otras políticas que penalicen mediante impuestos las emisiones de carbono.
En síntesis, estamos ante un tema relevante y complejo sobre el que todavía desconocemos bastantes cosas. Mientras avanza nuestro conocimiento, no vendrá mal seguir echando un ojo al precio del pan.
LA LLET L'ALIMENT COMPLERT PELS MAMÍFERS
La creença actual és que la llet i sobretot el seu greix sobren de la dieta per evitar problemes de sobrepes. Heus ací els grams i les calories que aporten alguns aliments freqüents
L'ALIMENTACIÓ COM A PREVENCIÓ DE MALALTIES
Las líneas actuales de investigación se centran ya no sólo en el consumo de energía y nutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono, vitaminas, minerales y agua), sino también en otros componentes no nutritivos de los alimentos que (se ha comprobado en la experimentación y en estudios científicos de laboratorio) se comportan como elementos protectores frente a estas y otras enfermedades; hablamos concretamente de la fibra y de los antioxidantes naturales, presentes fundamentalmente en los vegetales.
¿QUÉ SABEMOS DE LA DIETA MEDITERRÁNEA?
Tanto la comunidad médica como la que trabaja específicamente en temas de nutrición han llegado a un consenso sobre la bondad de la dieta mediterránea tradicional: contribuye a disminuir el riesgo de padecer patologías crónicas (entre ellas, las enfermedades del corazón, el cáncer, la obesidad y la diabetes) que afectan a grandes capas de población en las sociedades desarrolladas. Son características esenciales de esta dieta el consumo abundante de cereales y sus derivados (pasta, arroz, pan...), legumbres, frutas y frutos secos, verduras y hortalizas, con menores cantidades de pescado, aves, huevos y derivados lácteos y aún más reducidas proporciones de carne y productos cárnicos.
Estos alimentos se condimentan habitualmente con aceite de oliva (aumenta el llamado buen colesterol (HDL-c) y evita la oxidación del llamado mal colesterol (LDL-c-), principal responsable de la formación de placas en venas y arterias) y semillas (grasa similar a la del pescado azul, que reduce el colesterol total, los triglicéridos sanguíneos y la viscosidad de la sangre) y se acompañan (si la persona tiene la costumbre) de un consumo moderado de vino tinto en la comida. Realizar con fecuencia regular ejercicio físico es una característica típica de la forma de vida Mediterránea y un complemento importante de la salud.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS SOBRE EL CONSUMO DE ALIMENTOS
ALIMENTOS RECOMENDABLES
Leche y lácteos: Todos, salvo los indicados en el apartado de 'alimentos limitados'
Carnes, pescado, huevos y derivados: Aves y carnes magras (pollo y pavo sin piel, ternera magra, caña de lomo, conejo, solomillo de cerdo o ternera, caballo), hígado, pescados (blanco y azul) y huevos.
Cereales, patatas y legumbres: Todos. Preferir los cereales integrales a los refinados, aunque depende la dieta de cada persona.
Verduras y Hortalizas: Todas, a ser posible una ración diaria cruda (ensaladas)
Frutas: Todas, salvo las indicadas en 'alimentos limitados'
Bebidas: Agua, caldos desgrasados, infusiones, zumos sin azucarar
Grasas: Aceites de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla y margarina vegetal, frutos secos
Otros: Mermelada, miel..., salsas y acompañamientos de platos a base de hortalizas...
ALIMENTOS A CONSUMIR CON MODERACIÓN
Carnes, semigrasa, víscera, jamón serrano, york...: Especial bajo en grasa (3-5% grasas), fiambres de pollo y pavo y otros embutidos grasos, con menor frecuencia o en menor cantidad de consumo
Cereales y patatas: Bollería casera elaborada con aceite de oliva, bollería que en su composición más se parece al pan (bollo suizo, bizcochos de soletilla...), patatas fritas.
Bebidas: Bebidas refrescantes, batidos lácteos, bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, sidra, vinos de mesa)
Grasas: Mayonesa, nata
Grasas: Postres caseros, helados, gelatinas, precocinados, salsas comerciales y caseras tipo bechamel
ALIMENTOS DE CONSUMO OCASIONAL
Leche y lácteos: Leche condensada, lácteos muy grasos (quesos muy maduros o fermentados), lácteos con mermeladas y nata o enriquecidos con nata
Carnes grasas: (cerdo y ternera grasos, pato), carnes ahumadas o curadas, charcutería (salchichas, foie gras, patés), pescados adobados, salazones, ahumados, en escabeche...
Legumbres: Aquellas que se cocinan con ingredientes grasos de origen animal (morcilla, tocino, chorizo, etc.)
Frutas: en almíbar, secas, confitadas y escarchadas
Bebidas: Bebidas alcohólicas de alta graduación (licores, destilados...)
Crasas: Manteca, tocino y sebos, aceites de coco y palma (sobre todo en cierta repostería industrial envasada), manteca de cacao y productos que la contengan (chocolate, cremas de chocolate tipo pralines...)
Otros productos: Snacks (ganchitos, patatas chips, etc.) y productos de fast food, productode pastelería y repostería rellenos o bañados en soluciones azucaradas, chocolateados....
CONSEJOS PARA LA CONFECCIÓN DE MENÚS SALUDABLES
- Incluir gran variedad de alimentos, pero no en grandes cantidades.
- Variar al máximo el tipo de alimentos dentro de cada grupo (distintas verduras, frutas, pescado blanco-azul, etc).
- Respetar los horarios de comidas y no saltarse ninguna.
- Moderar el consumo de grasas de origen animal (grasas saturadas que tienden a aumentar el colesterol):
- Eliminar la grasa visible de carnes y aves antes de su cocinado
- Escoger preferiblemente con mayor frecuencia las carnes más magras: pollo, pavo, conejo, ternera magra, cinta de lomo, caballo... y desgrasar los caldos en frío antes de emplearlos en la elaboración de sopas, etc.
- Limitar el consumo de fiambres y embutidos, foie gras y patés.
- Si se toman más de 2 vasos de leche entera o equivalente al día, se recomienda que la cantidad extra sea en forma de otros lácteos bajos en grasa
- Comer, al menos, con igual frecuencia semanal, pescado (blanco y azul) y carne. Mínimo: 4 veces pescado a la semana.
- Tomar, cuando menos, dos piezas diarias de fruta al día, procurando incluir algún cítrico (naranja, limón, mandarina...)
- Incluir diariamente verduras, una en forma cruda (ensaladas)
- Legumbres, pastas alimenticias y arroz, entre dos y cuatro veces por semana
- Incluir cada día cantidad suficiente de cereales como el pan.
- Limitar el consumo de alimentos muy azucarados y de sal.
- Beber entre litro y litro y medio de agua al día (4-6 vasos)
- Se recomienda especialmente el aceite de oliva pero también son interesantes otros aceites de semillas: girasol, maíz, soja (todos ellos, con grasas insaturadas cardioprotectoras). No mezclar aceite de oliva con los de semillas, desechar el aceite quemado que humea y, en general, no utilizar el mismo aceite para freír más de tres veces. Mantequilla y margarina, mejor en crudo.
- Distribuir la alimentación en tres comidas principales (desayuno, comida y cena) e incluir alguna colación a media mañana o como merienda, adaptar según horarios y necesidades particulares
- Son más adecuadas, en general, las técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: al agua -cocido o hervido, vapor, escalfado-, rehogado, plancha, horno y papillote. Consumir moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (desgrasar en frío mejora su conservación y su calidad nutricional)
- Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear condimentos como hierbas aromáticas, especias...
HÁBITOS DE VIDA SANOS, COMPLEMENTO IMPRESCINDIBLE EN LA PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES
- Evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico frecuentemente contribuye a un mejor control de ciertas enfermedades como la diabetes. Además, mejora la circulación y junto con una dieta hipocalórica (baja en calorías) contribuye a la pérdida de peso. Asimismo, la práctica cotidiana de ejercicio físico aumenta el llamado buen colesterol (HDL-c) y reduce los triglicéridos sanguíneos, refuerza la musculatura y contribuye al bienestar, ya que alivia el estrés y la tensión. El ejercicio debe ser regular, si es posible a diario, adaptado a los gustos del individuo, independiente del tiempo- clima reinante y, lo más importante, debe adaptarse a la edad y posibilidades de cada persona. Tomaremos precauciones en caso de sufrir riesgo cardiovascular y pérdida de sensibilidad nerviosa por el riesgo de lesiones.
- Abandonar los hábitos tóxicos: tabaco, drogas, exceso de bebidas alcohólicas, consumo de medicamentos no necesarios...
- Aprender a mantener un ritmo vital relajado y evitar el estrés que tanto perjudica nuestra calidad de vida.
NOTICIAS DE INTERÉS EN RELACIÓN DE ALIMENTACIÓN Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES
Últimos avances sobre la funcionalidad de la fibra y los antioxidantes naturales Parte de la investigación actual en relación con la salud y la alimentación se centra en los compuestos no nutritivos de los alimentos y su efecto protector de la salud: fibra y antioxidantes naturales.
La fibra dietética fue desechada durante muchos años por los especialistas en Nutrición Humana. Sin embargo, en las últimas dos décadas se ha producido una sorprendente apreciación de su importancia para la salud. Los diversos tipos de fibra se pueden dividir en dos grandes grupos: los insolubles y los solubles en agua que forman geles viscosos. Los alimentos ricos en fibra aumentan la sensación de saciedad (hacen que la persona se sienta "llena" y que el tiempo de vaciado gástrico sea mayor, por lo que se retrasa la sensación de hambre tras la comida), lo que es beneficioso para las personas que sufren obesidad. Y lo que es más importante aún: una dieta pobre en fibra es causa de estreñimiento y compresión en el tracto intestinal. Esto se ha relacionado con el desarrollo de la enfermedad diverticular del colon, hernia de hiato, hemorroides y venas varicosas.
La fibra como prevención
Todas estas dolencias son más comunes en personas que ingieren poca fibra. Es decir, que las dietas ricas en fibra resultan preventivas. También reducen el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiacas.
Las sales biliares se forman en el hígado a partir del colesterol. Se segregan unos 30 gramos del mismo al día en la bilis. La mayor parte de estas sales son reabsorbidas y recicladas. La fibra arrastra una porción de estas sales (y del mismo colesterol, que también se segrega en la bilis) para ser excretada a través de las heces en lugar de ser reabsorbida, haciendo que se utilice más colesterol para sintetizar las sales de la bilis. El mismo efecto reduce también el riesgo de formación de cálculos biliares, ya que una dieta rica en fibra da como resultado más sales biliares y menos colesterol presente en la bilis. La insolubilidad del colesterol cuando se encuentra en altas concentraciones en la bilis ocasiona la formación de cálculos biliares. Las sales biliares también se han relacionado con el desarrollo del cáncer de intestino grueso. Si se mezclan con la fibra dietética en lugar de encontrarse en solución libre, no pueden afectar a la pared intestinal para fomentar el desarrollo de tumores.
La fibra dietética ejerce otros dos efectos relevantes en la reducción del riesgo de cáncer. Todas las dietas contienen compuestos potencialmente carcinogénicos (que pueden causar cáncer) que al mezclarse con la fibra ya no pueden ser reabsorbidos en el cuerpo, y por tanto no pueden afectar a las células intestinales. Además, las bacterias del intestino fermentan una parte de la fibra dietética y parte de los productos de este metabolismo bacteriano (en especial, el ácido butírico) realizan una acción antiproliferativa, ayudan a evitar que se multipliquen las células por lo que proporcionan mayor protección frente al desarrollo del cáncer de intestino.
La fibra soluble también es beneficiosa en el tratamiento de la diabetes mellitus, ya que disminuye la velocidad de absorción de los hidratos de carbono de los alimentos ingeridos, evitando elevaciones bruscas del nivel de glucosa en sangre después de comer: alimentos ricos en fibra soluble tomados conjuntamente con alimentos que contienen azúcares de absorción rápida reducen la velocidad global de absorción de azúcares de la comida, y por tanto permiten incluir mayor variedad de alimentos en la dieta del diabético.
La bondad de los antioxidantes naturales
La mayoría de los antioxidantes naturales se encuentra en alimentos vegetales, lo que explica en parte el carácter saludable de frutas, legumbres, hortalizas y cereales integrales. En los últimos años se han investigado los antioxidantes naturales en relación con su papel dentro de las enfermedades de máximo impacto en Occidente, como las cardiovasculares, numerosos tipos de cáncer, sida, e incluso otras asociadas con el proceso de envejecimiento, como las cataratas y las alteraciones del sistema nervioso. La respiración en presencia de oxígeno es esencial en la vida celular, pero como consecuencia de la misma se producen "radicales libres" y otras "moléculas de oxígeno reactivas", que si no son controladas adecuadamente, pueden ocasionar a lo largo de la vida efectos negativos por su capacidad de alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos. Los estudios sobre antioxidantes naturales se centran en la Vitamina E, Vitamina C, Beta- carotenos, bioflavonoides, antocianinas, compuestos sulfurosos, selenio y cinc. La relación que existe entre antioxidantes y enfermedades cardiovasculares, y probablemente enfermedades cerebrovasculares, es hoy una afirmación científicamente sustentada. Se sabe que la modificación del "mal colesterol" (LDL-c) desempeña un papel fundamental tanto en la iniciación como en el desarrollo de la arterosclerosis. Los antioxidantes naturales pueden bloquear los radicales libres y las moléculas de oxígeno reactivo.
Los estudios que relacionan estos radicales libres con el cáncer son más complejos y no tan resolutivos. Se estima que bajos niveles de estos antioxidantes pueden constituir un factor de riesgo para algunos cánceres. Es decir, que los antioxidantes naturales podrían desempeñar un papel protector. Cada día se sabe más sobre los antioxidantes, y podemos promover su consumo mediante los alimentos (verduras, fundamentalmente) que los contienen, aunque es todavía pronto para saber si es conveniente o no ingerir suplementos comerciales con estos elementos.
UNES BONES LLETS
- Llet pasteuritzada, en botelles de 1 litre o en bosses de 5 litres
La Folcrà: situada a la carretera de Ripoll a Camprodon abans d'arrivar a Sant Pau
Llet pasteurizada i llet fermentada
Cooperativa Agrícola de Banyoles. Llet pasteuritzada, sencera, descremada, iogurts, formatge fresc, llet esterilitzada i llet UTH
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La piràmide alimentaria
Nuestro cuerpo necesita los nutrientes para convertirlos en energía, que luego será utilizada tanto para el correcto mantenimiento del propio cuerpo, como para permitirnos realizar todo tipo de actividades. Lógicamente, cuanto más activos seamos, más energía necesitaremos.
Hay cinco tipos de nutrientes:A modo de anécdota se puede añadir que diferentes productos alimenticios presentes en el mercado español tienen en su envase ilustraciones con pirámides alimenticias adaptadas a la dieta mediterránea.
- Lípidos: Su principal función en el organismo, aunque no la única, es servir como reserva de energía. El principal tipo de lípidos son las grasas.
- Hidratos de carbono: entre sus diversas funciones también destaca la de almacenar energía, principalmente por medio de una molécula llamada glucógeno, que se almacena en el hígado y en el tejido muscular. Cuando tenemos hidratos de carbono en exceso se transforman en grasa. Las grasas almacenan seis veces más energía que el glucógeno.
- Proteínas: Son las moléculas orgánicas más abundantes en nuestro cuerpo, y están formadas por otras moléculas más pequeñas llamadas aminoácidos.Aunque se han descubierto más de 200 tipos de aminoácidos, tan sólo 20 de ellos forman parte de las proteínas.A pesar de ser todas de similar estructura, la diversidad de las funciones que cumplen las proteínas es increíble: tenemos proteínas estructurales, como el colágeno; transportadoras, como la hemoglobina, que traslada el oxígeno por la sangre. Otras son proteínas de membrana, proteínas reguladoras, enzimas, proteínas contráctiles,...
- Vitaminas: Son unos compuestos orgánicos imprescindibles para nuestro organismo, aunque siempre en pequeñas cantidades. Al menos 15 de ellas se pueden considerar esenciales. Se dividen en liposolubles e hidrosolubles, (solubles en lípidos y agua respectivamente).
- Minerales: Muchos minerales tienen asignadas funciones metabólicas que cumplir en nuestro organismo. Los minerales que necesita nuestro cuerpo los podemos dividir en macroelementos, (sodio, potasio, fósforo, cloro, calcio, magnesio y azufre), y microelementos, (hierro, cobre, yodo, manganeso, etc.).Los microelementos también son conocidos como oligoelementos y son necesarios en cantidades extremadamente pequeñas.
Alimentos
La forma que tenemos de proveernos de todos los nutrientes mencionados es mediante la ingestión de alimentos. Los alimentos los podemos dividir en siete grupos, y aunque todos proporcionan los diferentes nutrientes, cada grupo es más rico en alguno de ellos.
- Leche y derivados lácteos: ricos en proteínas, calcio y vitaminas liposolubles.
- Carne, pescados y huevos: ricos en proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales.
- Legumbres y frutos secos: ricos en proteínas y hidratos de carbono.
- Verduras y hortalizas: principalmente ricos en vitaminas y minerales.
- Frutas: ricas en vitaminas y minerales, con la ventaja de consumirse crudas.
- Cereales, patatas y azúcar: principalmente aportan hidratos de carbono: muy energéticas por su gran aporte en lípidos.
- Grasas: muy energéticas por su gran aporte en lípidos.
La pirámide alimenticia
Ya sabemos que nutrientes tenemos que ingerir y que alimentos nos los pueden proporcionar. Ahora tenemos que diseñar nuestra dieta, es decir, como tenemos que elegir los alimentos para que obtengamos los diferentes nutrientes en la proporción adecuada.
Una dieta equilibrada estará formada por un 15% de proteínas, menos de un 30% de lípidos y más de un 55% de hidratos de carbono.
Para ayudarnos en esta tarea se han desarrollado las llamada guías alimentarias, que nos indican cuantas raciones de cada grupo de alimentos tenemos que tomar para cubrir nuestras necesidades de nutrientes. Una de estas guías alimentarias es la llamada pirámide de la alimentación. La mejor forma de entenderla es viendo una, como por ejemplo la que se puede encontrar en la siguiente página de la Universidad de Chile:
cliqueu ací--> Pirámide alimentaria